En ningún caso se puede decir que el delantero esté apartado del equipo y él tampoco quiere ir de víctima, pero no tiene más remedio que admitir que sus entrenamientos son diferentes al del resto de sus compañeros. "Sí, mis entrenamientos no son muy normales. En 11 días he tocado el balón una vez. Si no cuenta conmigo es normal que no me meta en esquema de juego, pero lo mío es sólo correr y nada más. Estoy trabajando y me siento apartado, pero no por no meterme en los partidillos, sino porque cuando no participo lo único que hago es correr. No estoy aquí para ser atleta, mi contrato es como futbolista", señala el jugador jerezano.
No quiere pensar Carrasco que se trate de una forma para precipitar su salida del club, con quien tiene firmado un año más. El futbolista tiene claro que "a mí no me van a aburrir. La solución para que yo salga del club la tienen ellos, yo no. De cabeza más fuerte que nunca, sabía lo que me iba a encontrar al empezar a entrenar y estoy muy bien. Y físicamente, con tanto correr, estoy mejor que nunca".
No quiere que se piense que está quejándose del trato que recibe por parte del técnico. Sólo reconoce que es una situación atípica a más no poder. "No es el trato más cercano, es algo más distante, pero tampoco me está despreciando. No quiero que se diga que quiero me dé un beso o un abrazo, que esos los quiero de mi mujer y de mi familia. Respeto la decisión deportiva, no he tenido ningún problema en el vestuario y estoy trabajando como el que más. Los demás jugadores harán lo mismo que yo, pero no más".
No considera que sea un problema del Sanluqueño con él porque ve a Manolo Fernández con un trato muy diferente: "El presidente conmigo se está portando muy bien y me ha llamado hace poco para decirme que me pagaría esta semana una cantidad pendiente, pero no me dijo nada de irme. En el caso de sentarnos, el club mirará por sus intereses y yo por los míos. Si el entrenador no quiere que esté, llegaremos a un acuerdo, pero yo no saldré perdiendo".
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